Alejandrina Herrera
Monterrey, N.L. 29 de septiembre de 1986
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La nostalgia, el dibujo a lápiz y los espacios en blanco son continuos referentes en mi trabajo. Lo minucioso y lento del dibujo a lápiz resulta un proceso a contracorriente de la actualidad, en donde el escaneo, la producción y contemplación de las imágenes es superficial e inmediata. En la proyección que hago de este ejercicio manual y cauteloso invito al espectador a contemplar desaceleradamente. Un momento para interiorizar y detener la velocidad en que vivimos.
Sujetos, objetos y ambientes los extraigo de fotografías antiguas y entonces se convierten en lugares comunes para los demás. Detonantes que resuenan en nuestras memorias. Pistolas de Nintendo, automóviles y casas con arquitectura de la época, por mencionar algunos, como símbolos referentes de nuestro imaginario.
El almacenamiento de memorias en nuestra mente suele presentarse de manera rápida, imprecisa y abstracta. Por lo tanto, la miniatura representa esta forma de almacenamiento de la memoria. El proyecto es un intento por recuperar la pérdida de objetos de valor como los álbumes de fotos familiares y las memorias contenidas dentro de éstos. Es un intento por recuperar la entrañabilidad de los recuerdos para así desacelerar la rapidez con la que actualmente percibimos nuestras relaciones e historias personales.
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