Manuela Generali
Suiza, 1948
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Nacida en el frugal Ticino de posguerra, Manuela Generali asumió una vida errante apenas pudo elegir. A los diecinueve años se trasladaría a Londres donde comenzó su exploración plástica en el Wimbledon School of Arts.
A los veinte años ya cruzaba el estrecho de Estambul junto a un equipo de jóvenes cineastas rumbo a los campos de refugiados en Jordania. Durante la siguiente década surcaría los disímiles parajes de Cerdeña, Roma, París, Nueva York, Buenos Aires y Lima antes de arribar al país que se convertiría su hogar más duradero, México.
La pintura de Generali, cual bitácora de viaje, ha sido siempre reflejo sensible de sus entornos cambiantes. Sin embargo, la pulsión esencial ha perdurado inalterable: sujetar con fuerza todo eso que está destinado a evanecer.
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